Leyenda de la Casa de los Perros Corta
La Ciudad de Guadalajara ha sido testigo de innumerables hechos paranormales que la gente se encargó de hacer famosos a través de los años. En dicho lugar, en la antigüedad para ser más precisos a finales del siglo XIX, se dice que ocurrió una historia que hoy en día es conocida como La Leyenda de la Casa de los Perros. En esta ocasión te ofrecemos este relato, esperamos que lo disfrutes.
Se cuenta que por el centro de esa ciudad, en 1872, vivía un rico anciano cafetalero conocido como Jesús Flores, hombre viudo de avanzada edad. A sus setenta y dos años era un señor solitario que anhelaba terminar sus días en brazos de una compañera.
A pocas cuadras de su casa vivía una costurera que era viuda y apellidaba González; esa mujer tenía tres hijas muy hermosas, de las cuales sólo una quedaba soltera. Ana se llamaba la muchacha a quien Don Jesús enamoró para después pedirla en matrimonio.
Ana ya con 28 años por supuesto que aceptó aquella propuesta, era la oportunidad para salir de la miseria y no la iba a desperdiciar. Entonces, para poner a prueba el amor del viejo, exigió que se construyera otro piso más en la que sería su casa.
Luego de aquel capricho, pidió que se colocaran en la fachada de su vivienda dos esculturas de figuras caninas traídas desde Nueva York, este detalle le dio origen a que con el tiempo esa casona fuera conocida como La Casa de los Perros.
Hay quienes afirman que los recién casados se embarcaron rumbo a tierras europeas y en una de aquellas travesías, ambos experimentaron el horror de estar a punto de naufragar. La pareja, al verse tan cerca de la muerte hizo el siguiente juramento: Si uno de ellos sobrevivía, rezaría cada aniversario luctuoso por el eterno descanso de su compañero.
Por suerte los dos regresaron sanos y salvos a Guadalajara; sin embargo, muy pronto la avanzada edad de Don Jesús cobraría una terrible factura de la cual nadie se ha escapado, la muerte. Ana al quedarse sola, no tardó mucho en encontrar consuelo con José Cuervo, un hombre joven que estaba enamorado de ella y había sido la persona que manejaba los negocios del finado.
De aquella mujer pobre ya no quedaba nada, Ana se había convertido en una mujer rica y poderosa gracias a la fortuna de Don Jesús. Nada le faltaba, además de dinero tenía el amor de José Cuervo, un caballero brillante que sabía administrar y multiplicar sus bienes.
La promesa de Ana de rezarle a su marido pronto quedaría en el olvido, por lo que decidió deshacerse de la Casa de los Perros. Ahí se quedarían todos los recuerdos, la casona fue vendida y la nueva pareja de enamorados se cambió a vivir a otro lado.
Dicen que desde entonces en la Casa de Los Perros suceden cosas muy extrañas, hay quienes aseguran que la sombra de Don Jesús deambula en ese lugar. También se afirma que se escuchan ruidos raros que a muchos les han puesto los pelos de punta.
Por generaciones se ha compartido esta historia, en la cual muchos aseguran que la Casa de los Perros será de quien sea capaz de rezar un novenario ante la tumba de Don Jesús Flores y para ello tendrá que acudir con una sola vela a las doce de la noche.
Hay quienes dicen que ha habido valientes que han intentado conseguir las escrituras de esa casona; sin embargo ya en el mausoleo suceden cosas aterradoras, pues una voz de ultratumba contesta todos los rezos ocasionando que esas personas abandonen ese lugar muertos de miedo.
La gente cuenta que la voz es de Don Jesús que anda en pena porque su amada faltó a la promesa de rezarle. La única verdad es, que hoy en día la Leyenda de la Casa de los Perros es una historia cargada de sucesos paranormales que muchos aseguran es verdadera y es muy conocida en la zona de Jalisco y sus alrededores; incluso en otros lugares.
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